Un día, mientras huía del llanto, no sé aún como, caí en una jaula de fieras. Temiéndome lo peor, esperando mi hora final, uno de los felinos se me acercó y posando sus fauces sobre mi oreja me susurró el secreto de la vida...y, desde entonces, soy una fiera.

jueves, 8 de abril de 2010

Fango

Maldita sea ni suerte y maldito el diablo al que vendí mi alma
maldito sea el olor que impregna mi piel cuando te odio
y maldita la hora en la que me arrepiento
si todo fuera tan fácil como sentir el hielo en mis mejillas
si fuera tan fácil olvidar lo que hice como olvidar sus caras...
maldito seas turbio dios burdeos
¿o es que acaso éste es tu castigo por osar compararme contigo?
caigo, caigo y caigo, una vez más en tus trampas
no importa su tamaño
llámalo grande, llámalo pequeño
la cuestión es que no puedo
y sin embargo peco.
Y aún en el lodo
en lo más profundo de la laguna bordeada de manzanos
te reto.
Al fin y al cabo sé que tú tienes la eternidad y me envidias.
Me envidias porque sabes que cada vez que me hundo es única
que cada vez que cedo es irrepetible.
Me odias porque sabes que tú no sientes,
porque yo soy fuego,
y porque mañana seré cenizas...

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